sábado, 12 de febrero de 2011

URRIELLU

Después de muchos años escalando, y de unos cuantos veranos diciendo “este año voy…” he escalado el Urriellu, más conocido como el Naranjo de Bulnes.

Vista del Urriellu subiendo desde Pandebano

Por falta de tiempo por el trabajo, o falta de un compañero de cordada no he ido hasta este verano, que me asocié a mi colega Borja y hemos escalado mogollón juntos, y la verdad es que me daba un poco de vergüenza… no haber estado en la cima del Picu, por eso para mí fue una escalada muy emocionante y emotiva, porque lo llevaba esperando desde hacía mucho tiempo.
Y esta es la disparatada aventura en el Urriello de Iñaki y Borja, dos escaladores sociales.


Cada vez más próximo
Nos encontramos en nuestro centro de operaciones en Vegacervera (como casi siempre) y le comento a Borja que tengo muchas ganas de ir al Urriello, que no lo he escalado nunca. Él si lo escaló, por la sur, así que le echamos un vistazo al croquis de la vía La Cepeda, en la cara este, y nos parece muy asequible para nosotros. Nos disponemos a prepararlo todo con mucho tiempo de antelación… pero unas por otras solo quedamos en la fecha. En fin, los días anteriores yo trabajé en Palencia y él en Vegacervera, León, asique cuando llegué a León miramos lo que necesitábamos llevar y nos fuimos.

Salimos un domingo por la tarde después de currar, con idea de caminar esa noche hasta los vivacs, dormir allí, y escalar por la mañana una vía en la sur, y al día siguiente la Cepeda (no nos parecía nada descabellado, así a priori) pero nos fue fallando la logística por el camino…
En fin, se hizo de noche, el copiloto se durmió, nos pasamos la salida… llegamos a Pandebano a la 1:00 de la madrugada. Por supuesto dormimos allí, en la furgoneta.

Nos levantamos pronto, para aprovechar bien el día, cargamos las mochilas un poco así, sin mirar, y comenzamos la aproximación bien cargados.

Y aquí es donde comienza el festival del humor. Le digo a Borja: Oye, que no hemos cogido los croquis de la Cepeda…” bueno, de momento, vamos a escalar la sur, luego ya veremos.
Al rato nos dimos cuenta de que metimos en la mochila unos sobres de pasta china deshidratada, pero nadie se acordó del hornillo, ni la cazuela ni nada en general… y teníamos poco agua. La frase fue algo así:
- ¿Qué vamos a comer?
- Rebeco

Cazando la cena

Y con la expresión “tranquilo, lo importante es no ponerse nerviosos” sonando cada poco, llegamos a la canal de La Celada (12 de la mañana, aprox.)

- Joer Borja, ¿tú subiste por aquí corriendo cuando hiciste la travesera?
- No, corriendo no…


Cara sur (a la izquierda) y cara este (a la derecha)

Llegamos a los vivacs que hay al final de la Celada, dejamos las cosas, nos comimos la pasta deshidratada (no preguntéis cómo, ya sabéis que no teníamos forma de cocinar) nos pusimos los arneses y todos los cacharros y nos plantamos en la base de la sur (a la 1 del medio día)


 Me encaramo al primer largo, subo un poco, pongo un friend, subo otro poco, me tiemblan las piernas, me resbalan las manos, y me bajo destrepando… cada vez que lo pienso… en fin. Sube Borja y luego yo, mas tembladera de piernas (mucho caminar, mucho peso y casi nada de comida) Borja abre el segundo largo, porque ese era el que le faltaba, y luego nos los vamos turnando.

Vista de la Collada Bonita

A las horas que son no nos encontramos a nadie subiendo… sino bajando, y casualmente encontramos a muchos conocidos. Charlas con unos, te ríes con otros, una broma aquí un chiste allá… la escalada social, lo que nos gusta.
- Si yo no lo hago por subir, no jodas… si eso es cansadísimo, lo hago por las risas, y las cervezas.




Llegamos al último largo, y nos encontramos con más conocidos, que bajan, claro, charlamos un poco, y nos vamos a la cima (en zapatillas, a veces sí que cuidamos los detalles, jeje)

Salida del anfiteatro a la arista de la cima


Llegamos a la cima, un día precioso, pero no está la virgen… menuda mierda, y ahora como van a saber mis amigos que he estado aquí… más risas y comenzamos el descenso por el anfiteatro hasta los rápeles.


Cima




Unos chicos intentan reírse de mí, me dicen:
- ¡No fastidies! ¿Escalas con cuerdas de 10?
- No hombre no… son de 10,3 y pujo por ellas porque soy un machote de verdad.
Ríete de mí por no tener dinero para cambiar de cuerdas… pero tengo un equalette, y tu ni siquiera sabes qué es eso. Zas, en toda la boca, jejeje.

En fin, bajamos, nos dimos otro paseo por la Celada y llegamos al refugio de Vega Urriello. Nos tiramos de cabeza a la fuente para abrevar como camellos, y preguntamos por la cena como indigentes… pero con una sonrisa.
Cenamos que daba angustia vernos, luego nos ofrecieron un chupito de crema de orujo, una chica muy maja que estaba a la puerta del refugio, y nos fuimos a dormir a los vivacs de enfrente, en una noche sin nubes y con la pared oeste de cabecero de la cama.


Cara oeste, desde los vivacs

¿Qué más se puede pedir?

4 comentarios:

  1. Muy bueno Iñaki!!!... a pesar de todo subisteis, ja, ja, ja... no me imagino como se puede comer alguien un sobre de esos sin cocinarlo, buf, menudos fieras, eso es peor que escalar el Urriellu dos veces, ja, ja, ja!!!... lo mejor, esa frase de no ponerse nerviosos, si señor!!!... Saludos Esgalleros!!!

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  2. Buenoo, esa pasta es crujiente, como los aperitivos salados... pero mucho peor, jeje
    y lo de no ponerse nerviosos es la frase de siempre... cuando algo va mal "traquilos, no ponerse nerviosos... vamonos al bar"

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  3. Que envidia me dais los que escalais.
    Subir el Picu, tiene que ser como un orgasmo para los mantes de la escalada.
    Enhorabuena Iñaki!!!!!
    Un saludo.

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  4. lo es, yo tenia unas ganas locas, pero lo mas importante es con quien escalas, siempre. lo puedes pasar igual de bien en la pared del pueblo a la que vas siempre o en una gran expedición.

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