lunes, 20 de diciembre de 2010

Expedición en Marruecos

Nuestra aventura por Marruecos comienza en Vegacervera, donde mi buen amigo Borja me dice “oye, que el Toubkal está a más de 4.000 m. y es más barato que ir a los Alpes… ¿vamos?” y yo le dije “vale”
 Y la aventura continua en el aeropuerto de Marrakech, desde donde cogimos un taxi hasta la pequeña localidad de Imlil.
Imlil es como el Chamonix del Atlas, uno de los últimos lugares de avituallamiento en los que encontrar tiendas, comida, alojamiento y mulas, que parece una tontería, pero cuando vas cargado con unos 25 kg. de material se agradece que la mula lo portee te lo lleve.
Es fácil encontrar en Imlil guías, mulas y sobre todo los “packs completos” (alojamiento, manutención, guías, mula, taxi…) nosotros conocimos a un hombre que tenía un negocio de este tipo, y coincidimos con una pareja que ya les conocía y quedaron tan contentos que repitieron. Solo contratamos la mula que nos llevó las mochilas grandes hasta el refugio, y vuelta a Imlil, el alojamiento y comida del día que bajamos de la montaña y el taxi a Marrakech del último día… y merece la pena, porque si no te sale mucho más caro, lo comprobamos.


Mapa orientativo del valle

El camino de aproximación desde Imlil hasta el refugio (hay 2, uno marroquí, y el otro es de la federación francesa, nosotros nos alojamos en este) no es tan duro como nos lo pintaban, tardamos unas 4 horas, y ascendemos desde los 1740 m. de Imlil hasta los 3.207 m. donde está situado el refugio, notando un ligero dolor de cabeza. También es de mencionar que salimos de León a las 11 de la noche, fuimos a Madrid, volamos a Marruecos, cogimos el taxi y empezamos a andar todo seguido sin haber dormido nada… igual eso también influye, jeje.


Al principio nos costó un poco coger el ritmo del refugio… mucho descontrol y muchas horas allí, pues la dinámica principal es levantarse a las 5:00 a.m. para salir pronto al monte, poder hacer cima, o la actividad que se quiera y volver para el medio día, a comer al refugio. A partir de las 3 o 4 de la tarde ya no se podía estar fuera del frío que hacía y a las 5 ya era de noche.
 Por otra parte lo normal era hacer una noche solo, puesto que la gente iba a subir el Toubkal (la montaña más alta de la cordillera del Atlas con 4.167m.) nosotros en cambio teníamos otro planteamiento y nos quedamos 4 noches. Así que en resumidas cuentas esta fue la actividad que hicimos:

Día 1: Aproximación desde Imlil hasta el refugio (para ir aclimatándonos al nuevo terreno)
Día 2: Ascenso al Toubkal y Toubkal Oeste.
Día 3: Ascenso por la canal Irhez Ikhellounn y escalada a los Clochetones.
Día 4: Ascenso por la canal Tizi-n-Tadat hasta el Dedo del Tadat.
Día 5: Regreso desde el refugio a Imlil.

La ascensión al Toubkal no estuvo mal, aunque no cumplió con todas nuestras expectativas…
El principio se nos hizo un poco pesado, y hacía mucho frío hasta que llegamos al sol (casi en la arista de la cima)
No me gusta criticar la masividad de este tipo de actividades por clientes con sus guías, pues yo trabajo en ello, y sinceramente me alegro de ver que toda aquella gente tenga la prudencia de contratar un guía para esa ascensión… pero nos esperábamos otra cosa… por todas partes donde íbamos o mirábamos no veíamos más que rocas, arroyos, arbustos, pero no gente; era todo tan agreste, tan indómito… que nos sorprendió ver tanta gente en esa ascensión. Pero claro, es la más conocida, es la montaña más alta y es asequible física y técnicamente hablando.


Cima del Toubkal

Y como dos niños pequeños, nos pasamos algo más de una hora en la cima para ver qué pasaba, que se notaba estando tan alto, jeje, no notamos mucho, solo que los esfuerzos explosivos te piden una respiración más acelerada de lo normal. Lógico.

En la canal Irhez Ikhelloun entramos… un poco equivocados, jeje, queríamos haber tomado otra más al sur, pero eran las 5 de la mañana y estaba todo oscuro… gajes del oficio.
Aun así lo pasamos bien, esta ascensión es chulísima, muy pendiente, muy abrupta, en muy poca distancia salva un desnivel impresionante, y la vista al llegar arriba… sublime. La vertiente contraria, es decir, la oeste, parecía un paisaje lunar y era de largo más abrupta y escarpada que por la que habíamos subido nosotros. En aquella pequeña horcadina donde comienza la escalada a los Clochetones soplaba un viento que parecía una turbina. Escalamos rápido hasta el segundo Clochetón, y desde allí rapelamos de un par de clavos que encontramos.
Fue una gran actividad.


Irhez Ikhellounn y escalada a los Clochetones

Cuando ascendíamos por la Tizi-n-Tadat teníamos en mente coronar el Biiguinnouessene (4.002 m.) y el Tadat (3.837 m.) pero no pudo ser.
La canal estaba orientada este – oeste, por lo que nos dio el solecito hasta que llegamos al collado del Dedo del Tadat, unas nubes que daban miedo cubrían el Toubkal y todo el valle, y se movían muy deprisa. Ninguno de los dos quería bajar por la canal que subimos si ésta se mojaba, y no sabíamos cómo eran de terribles las tormentas en esta cordillera. Así que, a tiro de piedra cresteando de ambas cimas, nos miramos y nos dijimos: “Bajamos, ¿no?” “Si, a toda leche” Sacamos los bastones, y bajamos corriendo entre los pedreros.
No nos pesa el no haber coronado las dos cimas; lo pasamos muy bien, la actividad fue increíble, y el objetivo era disfrutar, no hacer cimas, así que nos llevamos un gran recuerdo.
Por cierto, al final no llovió…

Dedo del Tadat y Tadat al fondo

Voy a dejar algunos consejos para los aventureros que les pique el gusanillo del Atlas, lo primero decir que la cartografía no es de lo mejor… incluso los mapas oficiales del ejército dejan mucho que desear, pero es lo único que hay, eso sí, lo tienen en los refugios y alberges desde Imlil.
Es una actividad que para montañeros experimentados no requiere necesariamente de un guía, pero si no se tiene suficiente experiencia es recomendable. Contratando el pack completo no sale caro en absoluto, y el trato que recibes en todos los sitios es inmejorable.
A mí me dijeron que no hacía falta ropa de abrigo, y que se puede ir en zapatillas de montaña… hace frio, aunque sea verano no dejas de estar a mucha altitud, y las zapatillas de montaña están bien si vas a correr, pero si no, siempre botas que aquello es todo un pedrero gigante.
Por cierto, hablando de correr vimos pasar la Maratón del Toubkal, una prueba que parte desde Imlil, se asciende al Toubkal y vuelta a Imlil, y los dos primeros puestos fueron para dos catalanes (no sabemos los nombres, pues la información allí es muy pobre)
Otra cosa más, un amigo me dijo que en este tipo de viajes conviene mandar un e-mail a la embajada del país para comunicarles el itinerario previsto, por si acaso… nosotros lo hicimos, y nos contestaron agradeciendo la información y ofreciéndonos un teléfono de contacto. Es sencillo y práctico.


En fin, este es el resumen de nuestra historia. Y la parte más importante de las historias es cuando vuelves a casa, porque puedes contarlas.

“una cima no se conquista cuando llegas a su cumbre, sino cuando llegas a casa”  







1 comentario:

  1. muy,muy chulo niño!eres un virtuoso de la escritura,jaja!haber si le das caña a esto,muchos besitos y a seguir mejorandose!


    rubenin =)

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